NUESTRA IMAGEN DEL HIJO

EL HIJO DE DIOS
Para tener una revelación completa de quiénes somos como nuevas creaciones, debemos tener una revelación de la imagen del Hijo de Dios.

El apóstol Pablo escribió que Dios predestinó, determinó u ordenó que fuéramos conformados según imagen del Hijo de Dios.
Romanos 8:29a Sabemos que a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo;

A medida que seamos conformados a la imagen de Su Hijo, empezaremos a alcanzar nuestro potencial y viviremos como seres de la nueva creación. Sabemos que Jesús es uno con el Padre y con el Espíritu Santo y que todo atributo que ellos tienen – nosotros también lo tenemos.

Es Dios
El apóstol Juan nos dice cuatro cosas importantes acerca del Hijo de Dios.
  • Siempre ha existido
  • El es la Palabra Viva de Dios
  • El es el Creador de todas las cosas
  • El se hizo carne y vivió entre nosotros
Juan 1:1-3,14 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. El era en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de él, y sin él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...

Creó a Adán y Eva
Juan dijo claramente que todo fue creado por el Hijo de Dios. Adán y Eva fueron creados por El.
Génesis 1:27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
La humanidad redimida debe ser creada de nuevo, para ser conformada según la imagen de Aquel que creó a Adán y Eva según Su propia imagen.

EL HIJO DEL HOMBRE
Renunció a Sus Derechos como Dios
Jesús nació de una virgen sobre esta tierra como un ser humano. Todavía era verdaderamente Dios, pero renunció a Sus derechos como Dios y vino a esta tierra como un hombre. El era verdadera humanidad, pero también perfecta Deidad
Filipenses 2:5-8 Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres;

Es muy importante entender que Jesús puso a un lado Sus derechos como Dios. El se hizo hombre. Todo lo que Jesús hizo cuando vivió y ministró en esta tierra, lo hizo como hombre y no como Dios.

Una Concepción Falsa
Si tenemos una imagen de Jesús cuando anduvo sobre esta tierra operando en Su poder como Dios, no podemos entender cómo podemos ser conformados a Su imagen. “¡Sí!”, diríamos, “Jesús podía sanar a los enfermos, echar fuera demonios y calmar la tempestad. ¡Después de todo, El era el Hijo de Dios! ¡Era todopoderoso! ¿Qué tiene que ver esto con nosotros?” ¿Cómo podría ser Jesús un ejemplo o modelo para nuestras vidas si estaba operando como Dios? Si Jesús vivió y ministró en el campo de lo sobrenatural, nuestra excusa es que somos simplemente humanos.

Nuestro razonamiento sería:
“La única esperanza que tenemos es orar pidiendo la intervención sobrenatural de Dios para librarnos de nuestras luchas, enfermedades o problemas financieros.”
Si miramos a Jesús operando en esta tierra, poniendo a un lado a Sus derechos como Dios, viniendo como un hombre en la autoridad que Dios le dio al hombre, entonces podemos vernos a nosotros mismos haciendo las mismas obras que Jesús hizo.

Autoridad sobre la Tierra
Jesús dijo:
Juan 5:24,25 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
Los que oyen la voz de Dios, vivirán. Jesús prosigue diciendo:
Juan 5:26,27 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
Es obvio a partir de este pasaje que la autoridad en la que Jesús vivió y ministró mientras vivió en esta tierra, no era Su autoridad como el Hijo de Dios. Era Su autoridad como el Hijo del Hombre. Jesús está calificado de manera única para ser nuestro ejemplo. Como nuevas creaciones en Jesús, nuestra autoridad dada por Dios sobre esta tierra ha sido restaurada.

Debemos operar en la misma autoridad en la que Jesús, el Hijo del Hombre, operó. Cuando recibimos el bautismo en el Espíritu Santo, podemos operar en el mismo poder en el que Jesús operó después que el Espíritu Santo vino sobre El.

Ahora, cuando leemos los Evangelios, podemos ver que Jesús en verdad fue nuestro ejemplo y modelo. Podemos operar en la misma autoridad y poder que Jesús tenía en esta tierra. Los seres humanos, como nuevas creaciones, pueden vivir en la misma autoridad con la que Dios los creó cuando dijo: “¡Señoreen!”

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